esguince-de-tobillo

Lic. Santiago Soliño

 

El esguince de tobillo es una lesión subestimada, ya lo dijimos previamente.1

A pesar de que es la primera causa de lesión en la mayoría de los deportes, suele ser menospreciada tanto por los deportistas como el equipo médico.2 Esto sucede ya que, a pesar de ser muy frecuente, rara vez es una lesión severa. El 70% de los deportistas vuelve al deporte dentro de los primeros 3 días posteriores a la lesión.2,3 Lo que parecería ser algo positivo, tiene su contracara, sólo el 50% de los pacientes consultan a un profesional y menos del 10% realiza rehabilitación.4,5 Es por esto que, en este breve comentario, voy a continuar lo planteado  previamente en este espacio e intentar justificar por qué es vital darle más importancia a esta entidad, qué podemos hacer para eso y desterrar la frase “no te preocupes, es solo un esguince de tobillo”.

Costos

Lamentablemente no hay datos locales para sustentar este argumento, pero utilizaremos los cálculos de otros países para demostrar que los costos de los esguinces de tobillo son mucho mayores de lo necesario. Estimaciones realizadas en los Países Bajos calculan que el costo social de cada esguince de tobillo es de 360 Euros. Esto incluye lo que se denomina costos directos (gastos médicos, insumos, etc) e indirectos (días laborales perdidos o disminución en la productividad). En esa región se registran aproximadamente 580000 casos por año. Haciendo una simple operación matemática, obtenemos un costo de más de 200 millones de euros al año solamente por esguinces de tobillo relacionados al deporte.6 Este abultado número posiblemente sea incluso menor al real debido a que no considera el porcentaje elevado de personas que no consultan a profesionales de salud, pero por supuesto sigue generando costos. A veces, lo barato sale caro. 

Cantidad de casos en un equipo

Puede que los costos no sean un argumento convincente porque no nos afectan directamente. Vamos a ver si el impacto que trae el esguince de tobillo dentro de un equipo es más efectivo para llevar agua hacia mi molino.

Previamente mencionamos que se trata de una lesión muy prevalente, pero de baja severidad (genera pocos días fuera del deporte); veamos qué problemas puede traer esto en un plantel deportivo. La incidencia del esguince de tobillo varía entre 0,5/1000 y 1,2/1000 horas de exposición dependiendo el deporte.2 Casos como el fútbol, básquet y vóley son los que tienen valores más altos, superando1/1000 horas. Vamos a quedarnos con este valor y hagamos un nuevo ejercicio de estimación. Teniendo un plantel de 25 jugadores, esa incidencia generaría aproximadamente 7 esguinces por año y 16-24 días perdidos por temporada.7 ¿Es tolerable perder jugadores durante casi 1 mes en cada temporada?

Ausencias en partidos importantes

Relacionado al punto anterior, aunque la cantidad de días perdidos sea baja pueden darse en momentos muy inoportunos. Solo para citar algunos ejemplos:

En muchos casos, aunque sean pocos días los que se limite la participación deportiva, el impacto puede ser muy grande para el deportista y para su equipo. 

Problemas a largo plazo

Este es probablemente el punto más menospreciado, pero es muy frecuente que los pacientes persistan con síntomas, aunque hayan retornado al deporte. Hasta un 46% refiere dolor 4 años después del episodio, aproximadamente 40% desarrolla Inestabilidad Crónica de tobillo y un 25% impingement anterior.8 Finalmente, un área menos clara, pero con cada vez más interés para los investigadores es el desarrollo de artrosis de tobillo. Si bien no podemos precisar cuántos casos van a desarrollar artrosis, el 80% presentan lesiones subcondrales.9

Recurrencias

Ya mencionamos unas líneas atrás que esta lesión es la más frecuente en el deporte, pero también es la patología deportiva con mayor tasa de recurrencias.6 La prevalencia de una segunda lesión es variable según el tipo de deporte, pero en deportes de riesgo como el básquet puede ser tan alta como 73%, con un riesgo aún mayor durante los primeros dos años posteriores a la lesión.8 La interpretación de esto es muy simple, si hacemos un deporte que ya es considerado factor de riesgo (Básquet, Voley y Fútbol) y sufrimos un esguince, tenemos muchas chances de que nos vuelva a ocurrir y las consecuencias a largo plazo sean mayores. ¿No parece razonable hacer algo para disminuir el riesgo de que suceda?

¡Podemos hacer algo!

Mi último argumento es el que considero más importante: realmente podemos disminuir el riesgo de sufrir un esguince de tobillo.8,10

Por supuesto que en el deporte siempre existe un riesgo de sufrir esta lesión, sin embargo, contamos con mucha información científica que muestra que podemos hacer prevención en todas sus dimensiones. Existen estrategias para disminuir el riesgo de un primer esguince, para disminuir el riesgo de tener una recurrencia e incluso para evitar consecuencias a largo plazo una vez que tuvimos la lesión.8

Las recomendaciones de las guías de práctica clínica son muy claras, quienes sufrieron un esguince de tobillo deben realizar rehabilitación basada en ejercicios (Evidencia Grado I – Recomendación A). Esto disminuye el riesgo de nuevo esguince un 62%. Además, esta población se beneficia en gran medida del uso de soportes externos (brace o taping), alcanzando una reducción del 70% de posibilidades de recurrencia.8 Finalmente, algunos programas preventivos también podrían disminuir el riesgo de lesión.11

En quienes aún no tienen antecedentes de lesión en el tobillo los beneficios de los ejercicios preventivos no son muy contundentes. Sin embargo, todavía tenemos estrategias efectivas. En esta población sigue siendo útil utilizar soportes externos durante la práctica deportiva, a pesar de que presenta menor efectividad para prevenir casos nuevos que reincidencias.8

 

Conclusiones

Cada vez hay más literatura científica que muestra que los esguinces de tobillo acarrean un impacto negativo muy grande en los deportistas, en los equipos e incluso en la salud pública. Conociendo esto y sabiendo también que muchas estrategias son efectivas para disminuir la cantidad de casos nuevos, recurrencias y complicaciones a largo plazo…

¿No es hora de que dejemos de pensar que es solo otro simple esguince de tobillo?  

 

Referencias

  1. http://www.kinedyf.com.ar/kinesiologia-deportiva/subestimando-al-tobillo/
  2. Roos KG, et al. The Epidemiology of Lateral LigamentComplexAnkleSprains in NationalCollegiate Athletic AssociationSports. Am J SportsMed. 2017 Jan. 
  3. Medina McKeon JM, Bush HM, Reed A, Whittington A, Uhl TL, McKeon PO. Return-to-playprobabilitiesfollowing new versus recurrentanklesprains in highschoolathletes. J SciMed Sport. 2014.
  4. McKay GD, Goldie PA, Payne WR, et al. Ankle injuries in basketball: injury rate and riskfactors. Br J SportsMed. 2001 Apr;35(2):103-108.
  5. Feger MA, Glaviano NR, Donovan L, et al. Current Trends in the Management of Lateral Ankle Sprain in the United States. Clin J Sport Med. 2017.
  6. Gribble PA, Bleakley CM, Caulfield BM, et al. 2016 consensusstatement of the International AnkleConsortium: prevalence, impact and long-termconsequences of lateral anklesprains. Br J SportsMed2016;50:1493–5.
  7. Shawen SB, Dworak T, Anderson RB. Return to Play Following Ankle Sprain and Lateral Ligament Reconstruction. Clin Sports Med. 2016.
  8. Vuurberg G, el al. Diagnosis, treatment and prevention of anklesprains: update of anevidence-basedclinicalguideline. Br J SportsMed. 2018 Aug. 
  9. KyeongtakSong& Erik A Wikstrom. Plausible mechanisms of and techniques to assessanklejointdegenerationfollowing lateral anklesprains: A narrativereview, The Physician and Sportsmedicine. 2019. 
  10. Martin R.L. et al. AnkleStability and MovementCoordinationImpairments: Lateral AnkleLigamentSprainsRevision 2021. J OrthopSportsPhysTher. 2021.
  11. Thomas W. Kaminski, Alan R. Needle, EamonnDelahunt; Prevention of Lateral AnkleSprains. J Athl Train 1 June 2019.