Lic. Federico Williams
federicowilliams@gmail.com
Las lesiones de tejido blando como esguinces de diversas articulaciones o lesiones musculares, entre otras, son muy comunes en distintos deportes y muchas veces la rehabilitación puede ser compleja si no se actúa de manera adecuada en las primeras etapas posterior a la lesión.1 Debido a esa situación, es necesario un correcto abordaje post lesión que será desarrollado mediante este comentario.
Historia en el manejo de las lesiones agudas.
A lo largo de los años varios acrónimos que guían el abordaje temprano de las lesiones de tejidos blandos fueron evolucionando. Desde ICE (hielo), RICE (reposo – hielo – compresión y elevación) en 1978, luego PRICE (protección – reposo – hielo – compresión y elevación) en 2007 hasta POLICE (protección – carga óptima – hielo – compresión y elevación) en 2012.
PEACE AND LOVE
En el año 2019, se crearon las siglas PEACE AND LOVE donde el objetivo fue plantear la rehabilitación continua desde la atención inmediata (PEACE) y su subsecuente manejo (LOVE). Dicho acrónimo, resalta la importancia de la educación en el paciente y el abordaje de los factores psicosociales en la recuperación de las lesiones de tejido blando.1
Inmediatamente después de una lesión no hagas daño y enfócate en las siglas PEACE.
P de Protección: disminuir el movimiento durante 1 a 3 días puede minimizar el sangrado, evitar la distensión de las fibras lesionadas y reducir el riesgo de agravar la lesión. El descanso debe minimizarse ya que el descanso prolongado puede comprometer la fuerza y la calidad del tejido.2 El nivel de dolor debe guiar el cese de la protección.
E de Elevación: elevar la extremidad más arriba que el corazón puede promover el flujo de líquido intersticial fuera de los tejidos. A pesar de la evidencia débil que respalda su uso, la elevación muestra una baja relación riesgo-beneficio.
A de Antiinflamatorios: las diversas fases de la inflamación ayudan a reparar el tejido blando dañado. Por lo tanto, se debe evitar el uso de antiinflamatorios ya que inhiben la inflamación y puede afectar negativamente la cicatrización de los tejidos a largo plazo, especialmente cuando se utilizan dosis muy altas.3
¿Y el hielo?
No existe evidencia de alta calidad sobre la eficacia del hielo para el tratamiento de lesiones de tejido blando. La crioterapia al ser analgésica y provocar una vasoconstricción, puede impedir que lleguen células y nutrientes a la zona lesionada y esto podría provocar una reparación tisular deficiente y un retraso en la recuperación.3-4
C de Compresión: la compresión mecánica externa mediante diversos vendajes ayuda a limitar el edema intraarticular y la hemorragia tisular.3-4 A pesar de haber estudios que lo contradicen, en un esguince de tobillo por ejemplo la compresión parece reducir la inflamación y mejora la calidad de vida.4
E de Educación: los/as kinesiólogos/as como profesionales de la salud deben educar a los pacientes sobre los beneficios de un enfoque activo para la recuperación. Los tratamientos pasivos poco después de la lesión no tienen efectos significativos sobre el dolor y la función en comparación con un enfoque activo. Una mejor educación sobre la condición y el manejo de la carga ayudará a evitar así el sobretratamiento. Esto, a su vez, reduce la probabilidad de tratamientos invasivos innecesarios. En una era de opciones terapéuticas de alta tecnología, se deben establecer expectativas realistas sobre los tiempos de recuperación en lugar de perseguir el enfoque de una «cura mágica».1
Pasado los primeros días, el tejido blando necesita LOVE
L de Load (Carga Óptima): un enfoque activo con movimiento y ejercicios beneficia a la mayoría de los pacientes con lesiones musculoesqueléticas. Las actividades de la vida diaria deben reanudarse tan pronto como los síntomas lo permitan y la carga óptima sin exacerbar el dolor promueve la reparación, la remodelación y aumenta la tolerancia de los tejidos y la capacidad de tendones, músculos y ligamentos.3-5
O de Optimismo: las expectativas optimistas se asocian con mejores resultados y pronóstico. Los factores psicológicos como la catastrofización, la depresión y el miedo al movimiento pueden representar barreras para la recuperación.6
V de Vascularización: la actividad cardiovascular representa un pilar fundamental en el manejo de las lesiones musculoesqueléticas. Si bien se necesitan investigaciones sobre la correcta dosis. El ejercicio aeróbico sin dolor debe comenzar unos días después de la lesión para de esta manera aumentar la motivación y el flujo sanguíneo de las estructuras lesionadas. La movilización temprana y el ejercicio aeróbico mejoran la función física, respaldan el retorno a la vida diaria y reducen la necesidad de analgésicos en personas con afecciones musculoesqueléticas.7
E de Ejercicio: Los ejercicios terapéuticos ayudan a restaurar la movilidad, la fuerza y la propiocepción poco tiempo después de una lesión. Debe evitarse el dolor no tolerable para garantizar una reparación óptima durante la fase subaguda de la recuperación y también se puede utilizar como guía para la progresión de los ejercicios en diversas fases del tratamiento.1-2
En conclusión, debemos saber que el manejo de las lesiones de tejido blando es mucho más que el control de los daños a corto plazo y que hay otros factores más allá de los estructurales que pueden afectar la evolución de la lesión y su posterior tratamiento kinésico. Es fundamental que nosotros como profesionales de la salud busquemos resultados a largo plazo y tratemos a la persona con la lesión en lugar de la lesión de la persona.