Lic. Diego Méndez, CMP CFMS
A menudo los pacientes que realizan deporte y se encuentran rehabilitando o consultando por alguna lesión preguntan “¿Puedo hacer X cosa?”. En mi caso, la respuesta es casi siempre la misma:
Tenés que hacerte la misma pregunta en 3 momentos diferentes y si la respuesta es siempre “NO”, entonces podés seguir haciéndolo y hasta ir progresando la carga. Ésta última instancia obviamente con el consentimiento y guía del profesional de la salud.
La pregunta es. “¿Me duele más que antes de hacer esto?”
Y los momentos son:
- Durante la práctica deportiva o ejercicio en cuestión
- 3 horas después de finalizada
- A la mañana siguiente
Nótese que esta metodología puede usarse tanto en una actividad secundaria al deporte que practica (por ejemplo correr en una persona que juega al tenis) o refiriéndose al deporte en sí mismo (tenis, futbol, running, ciclismo, etc). El costo psicoemocional que conlleva el frenar la actividad deportiva a cero es muy alto como para no considerarlo con el detenimiento que requiere. No estoy de acuerdo en prohibir la realización del deporte hasta que el síntoma desaparezca, pero sí en dosificar la carga de forma tal que no impacte negativamente en la rehabilitación de la lesión.
También lo considero muy útil en el caso de las tendinopatías como una forma de progresar la carga de los ejercicios terapéuticos de manera segura.
Veamos los 3 momentos con más detenimiento…
Durante
Aquí debo hacer una aclaración en función de la consulta del paciente. Esta puede estar referida a su actividad deportiva principal o a un gesto secundario que no está seguro si despierta el síntoma (gimnasio, correr, etc en una persona que el síntoma aparece jugando por ejemplo al tenis).
En el primer caso, como he mencionado anteriormente, deberemos disminuir la carga lo máximo posible y continuar rehabilitando hasta que el síntoma no aparezca más y allí poder ir aumentándola nuevamente. Ahora bien, si el deportista sólo siente el dolor durante la práctica deportiva y no aparece en ningún momento de las actividades diarias ni existe un signo comparable que me permita “objetivar” la evolución del síntoma, deberá indefectiblemente continuar con su actividad deportiva controlada para que me sirva como parámetro para manejar el tratamiento que estamos realizando y decidir si continuar por este camino o buscar otro.
Cuando el paciente con su consulta se refiere a una actividad secundaria, la regla de los 3 momentos del dolor se sigue de forma estricta. De igual manera cuando lo que intentamos ver es el efecto de los ejercicios prescriptos en el caso de por ejemplo una tendinopatía.
3 horas finalizada la actividad
Hay muchas patologías en las que disminuye la intensidad del dolor cuando la estructura involucrada aumenta la temperatura, hecho que sucede durante el movimiento repetitivo. Esto no quiere decir que puede realizarse libremente ya que, en general, al volver el tejido a la temperatura habitual, el dolor puede reaparecer y hasta aumentado en intensidad, reflejando ya sea que el cuerpo todavía no está preparado para realizar ese gesto durante la actividad o que la carga (volumen, frecuencia, densidad e intensidad) fue excesiva.
A la mañana siguiente
Gran parte de las lesiones, y más si tienen un componente edematoso asociado, duelen más por la mañana al levantarnos para luego ir cediendo con el correr de las horas, minutos y hasta segundos, por ello la pregunta en este caso debería ser: “¿Me duele más que ayer al levantarme?” En caso de que la respuesta sea afirmativa, quiere decir que la actividad deportiva que realizó el paciente durante el día anterior, puede no haber generado un estímulo doloroso durante la práctica, pero resultó en un aumento del edema que se evidenció a la mañana siguiente luego de un período de inmovilización prolongada que ocurre todas las noches al dormir.
Esta metodología de los 3 momentos del dolor también podemos utilizarla cuando el paciente se encuentra realizando la reinserción al deporte habitual, y es una excelente forma de dosificar la carga.