Lic. Bruno Reverditto
El entrenamiento con Restricción del Flujo Sanguíneo o Blood Flow Restriction (BFR) es un método de ejercicio que ocluye parcialmente el flujo de sangre arterial y venosa en la musculatura a través de un sistema de torniquete neumático. Este tipo de actividad se remonta al Dr. Yoshiaki Sato, en Japón, en donde se conocía como «Entrenamiento KAATSU”. Ahora se realiza en todo el mundo y se conoce más comúnmente como entrenamiento BFR (E-BFR).
La característica principal de E-BFR consiste en aplicar una presión igual o superior a la tensión arterial sistólica, durante el ejercicio, que se realiza empleando un manguito de oclusión regulable que varía en ancho y tamaño.
En la práctica real se utilizan materiales como bandas elásticas, cinchas, o torniquetes quirúrgicos como sustitutos de los manguitos de presión.
La oclusión suele aplicarse en la parte proximal de las extremidades siendo muslos y brazos los lugares más frecuentes de utilización.
El objetivo esencial de esta práctica es el aumento del tamaño y de la fuerza muscular a expensas de una actividad de muy baja carga.
¿Qué efectos produce E-BFR?
La presión oclusiva que se genera durante el trabajo da como resultado una isquemia transitoria, generando una hipoxia, aumentando el reclutamiento de fibras musculares de contracción rápida (encargadas de la hipertrofia) y produciendo por ende un incremento en el tamaño y fuerza de la musculatura.
Paralelamente hay una modificación del metabolismo anaeróbico láctico para poder hacer frente a la resíntesis de ATP, la suba de los niveles de lactato hace elevar a los de la hormona de crecimiento GH induciendo a una hipertrofia.
La particularidad de estos efectos musculares y endocrinos en el E-BFR es que se realizan en una situación de menor stress, detalle que haremos hincapié durante este comentario.
Métodos y Aplicación
La mayoría de los estudios y revisiones usaron protocolos de entrenamiento que promedian de 8 a 12 semanas, con una frecuencia de 2 o 3 veces por semana.
Se compararon poblaciones que utilizaban el E-BFR con grupos que trabajaron con altas y bajas cargas, sin oclusión.
Las cargas que se suelen utilizar son entre 20-40 % de una repetición máxima (1RM) que se puede realizar con el mayor peso en un ejercicio con la técnica correcta.
Los ejercicios mayormente utilizados fueron los flexores de codo para miembro superiores, mientras que para el tren inferior prefirieron las flexiones y extensiones de rodilla siendo las últimas las más elegidas.
Si bien la mayoría de las investigaciones coinciden en que el valor de la presión aplicada ronda entre 100 y 200 mm Hg, también hay autores que sugieren que esta podría establecerse en relación con el individuo, el ancho del manguito y el material del mismo. Esto se puede hacer inflando el manguito al 100 % (hasta que cesa el flujo sanguíneo) y a partir de ahí utilizar un porcentaje de presión del 40/80 % durante el ejercicio.
De todos modos los estudios han demostrado adaptaciones y resultados similares y no hay evidencia que sugiera que un material sea superior a otro.2
En cuanto a la dosificación todavía no hay un protocolo definido, pero se estima que un plan de 2/3 veces por semana con 75 repeticiones divididas en 4 series y con un descanso de 60 segundos para cada ejercicio generarían un aumento en el área de sección transversal y fuerza del segmento muscular involucrado.
Uno de los primeros trabajos realizados sobre esta modalidad fue el publicado por Takarada y cols., donde se compararon ejercicios de flexores de codo en mujeres durante 16 semanas divididas en tres grupos: las que realizaron la actividad a bajas cargas con oclusión del flujo sanguíneo, bajas cargas (BC) y altas cargas (AC) sin oclusión. En lo que respecta a AC trabajaron con una resistencia entre 50 y 80 % de 1 RM
Los resultados demostraron ganancia en el área de sección transversal del bíceps femoral en 20,3 % para el grupo E-BFR, 18,4% AC y solamente un 6,9% para BC.
En cuanto a la fuerza obtenida hubo un incremento del 22% en AC, 18 % en E-BFR y 1% en BC.
Tanto para el entrenamiento bajo oclusión como para la actividad del grupo HL los resultados fueron similares con diferentes niveles de stress mecánico.
Al haber una gran variedad de métodos de estudios basados en distintos criterios en cuanto la extensión de los protocolos, la población y la dosificación de los mismos se puede
entender que no todas las investigaciones deriven en mismos resultados. Pero si en su mayoría concluyen que trabajar a bajas cargas con oclusión y a altas sin alterar el flujo se producen prácticamente los mismos efectos.
¿Qué lo diferencia de los entrenamientos convencionales?
Como sabemos para generar un aumento tanto del trofismo como de la fuerza muscular se recomienda trabajar con ciertas cargas y volúmenes que van a variar según la capacidad individual de cada persona. No es lo mismo un atleta, un deportista recreativo, un adulto mayor o alguien que esté haciendo algún tipo de rehabilitación.
Hay estudios que marcan que para producir fuerza y adaptaciones musculares se necesitan cargas del 70/100 % de 1RM en atletas, 70/85 % en sujetos entrenados y entre 50/60 % en novatos. 10
Aquí es donde el entrenamiento bajo oclusión aparece como una buena alternativa.
El E-BFR se ha indicado para pacientes que se someten a rehabilitación clínica, ancianos, pre quirúrgico o atletas involucrados en deportes de alta competencia. Todas estas poblaciones pueden tener necesidades distintas pero sus objetivos hacen que esta modalidad sea una intervención óptima.
Los atletas que suelen utilizar cargas muy altas relacionadas con el deporte pueden utilizarlo para el mantenimiento de la masa muscular y función mientras se recuperan de una lesión facilitando un retorno más rápido a la competencia.
En el caso de personas que sufren algún tipo de inmovilización debido a una cirugía o lesión que les impide la normal actividad del sistema músculo esquelético, este tipo de entrenamiento parece ser una buena opción para no sufrir tanto la pérdida muscular en un primer momento, ya que va permitir poder realizar ejercicios con baja carga de manera temprana.
En una investigación presentada por Cook y cols., se identificó una pérdida del 19 % menos en la fuerza y un 6 % menos en el AST en un grupo de personas que estuvieron 30 días con suspensión unilateral de un miembro inferior y que utilizaron el E-BFR (extensiones de rodilla) con otro que estuvo también sin descarga pero no realizó ejercicios.
También hay hechas investigaciones realizadas en pacientes después de una cirugía de Ligamento Cruzado Anterior (LCA) que han dado como resultado el aumento de la fuerza e inclusive una disminución de dolor en comparación con otro tipo de abordaje pero se necesitan mayores estudios principalmente en efectos de este abordaje a largo plazo.
Efectos Adversos
El estudio más importante en la valoración del riesgo de este tipo de entrenamiento analizó la incidencia de efectos adversos en un total de 232 centros japoneses en los que se realizaban entrenamientos con restricción del flujo sanguíneo (Yasuda, Nakajima, Sato et 2016). Fueron casi 13000 individuos encuestados en cada institución donde se realizaba la actividad. Fue muy baja la tasa de incidencia de efectos secundarios graves como la anemia cerebral (0,2777%), trombos venosos (0,055%) o embolia pulmonar (0,008%).
En cuanto a síntomas leves se manifestaron mareos (37%) , equimosis subcutánea (31%) y entumecimientos (15%) dentro de los más comunes, aunque se adjudicaron a ciertos grises dentro de algunos encuestadores que no respondieron a ciertas preguntas como por ejemplo: “ ¿Cómo determinan la intensidad de presión?” o “¿Hacen mediciones y pruebas físicas regulares?” (30% obviaron estas preguntas).
La bibliografía entonces hasta el momento no demuestra una alta incidencia de riesgo con respecto a este entrenamiento, aunque la mayoría de los autores hablan sobre una población sana. Se recomienda entonces ante la falta de estudios específicos, tener precaución con la realización de este tipo de actividad en personas con patología cardiovascular y/o neurológica, así como exigir exámenes médicos previos, preferiblemente con un médico especialista en Medicina del Deporte.
En aquella población que ingrese en un plan de E-BFR se sugiere tener parámetros de control en cuanto a signos vitales antes, durante y después de la actividad para tener un mayor control.
Como conclusión podemos afirmar que el entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo puede ser una muy buena metodología de aplicación en personas que busquen incrementar sus niveles de fuerza y masa muscular, especialmente aquellas en las que la actividad de altas cargas no esté indicada. También demostró ser útil en casos de atrofia luego de un periodo de inmovilización.
Debemos hacer hincapié en el método y aplicación, determinar factores de riesgo (estudios de rutina) y tener un control estricto en cuanto a signos vitales para evitar factores adversos.
Hasta el momento se requiere más evidencia en cuanto a la aplicación, materiales y población de riesgo para unificar mucho más los criterios de esta práctica.
Referencias bibliograficas:
- Brandner CR, Clarkson MJ, Kidgell DJ, Warmington SA. Muscular Adaptations to
Whole Body Blood Flow Restriction Training and Detraining. Front Physiol. 2019 Sep 10;10:1099. - Patterson, Stephen D et al. “Blood Flow Restriction Exercise: Considerations of Methodology, Application, and Safety.” Frontiers in physiology vol. 10 533. 15 May. 2019
- Cook SB, Brown KA, Deruisseau K, Kanaley JA, Ploutz-Snyder LL. Skeletal muscle
adaptations following blood flow-restricted training during 30 days of muscularunloading. J Appl Physiol (1985). 2010 Aug;109(2):341-9 - Reina-Ramos, C., y Dominguez, R. (2014). Entrenamiento con restricción del flujo sanguíneo e hipertrofia muscular. RICYDE. Revista internacional de ciencias del deporte, 38(10), 366-382.
- Clarkson MJ, May AK, Warmington SA. Chronic Blood Flow Restriction Exercise Improves Objective Physical Function: A Systematic Review. Front Physiol. 2019 Aug 21;10:1058
- Burgomaster KA, Moore DR, Schofield LM, Phillips SM, Sale DG, Gibala MJ. Resistance training with vascular occlusion: metabolic adaptations in human muscle. Med Sci Sports Exerc. 2003 Jul;35(7):1203-8.
- Takarada Y, Takazawa H, Sato Y, Takebayashi S, Tanaka Y, Ishii N. Effects of resistance exercise combined with moderate vascular occlusion on muscular function in humans. J Appl Physiol (1985). 2000 Jun;88(6):2097-106.
- Lu Y, Patel BH, Kym C, Nwachukwu BU, Beletksy A, Forsythe B, Chahla J. Perioperative Blood Flow Restriction Rehabilitation in Patients Undergoing ACL Reconstruction: A Systematic Review. Orthop J Sports Med. 2020 Mar 25;8(3):2325967120906822.
- Abe, T &Yasuda, Tomohiro & Midorikawa, T. & Sato, Y & Kearns, C & Inoue, K & Koizumi, K & Ishii, N. (2005). Skeletal muscle size and circulating IGF-1 are increased after two weeks of twice daily “KAATSU” resistance training. International Journal of KAATSU Training Research. 1.
- Ratamess, Nicholas &Alvar, Brent & Evetoch, Tammy & Housh, Terry & Kibler, W. & Kraemer, William & Triplett, N.. (2009). Progression Models in Resistance Training for Healthy Adults. Medicine & Science in Sports & Exercise. 41
- Tomohiro Yasuda, Miwa Meguro, Yoshiaki Sato, Toshiaki Nakajima, Use and safety of KAATSU training: Results of a national survey in 2016, International Journal of KAATSU Training Research, 2017, 13(1),1-9.