Dr. Federico Alfano
Actualmente, la Medicina Basada en la Evidencia se ha vuelto robusta en expedirse sobre los resultados surgidos de las distintas alternativas terapéuticas, mientras que, por el contrario, las publicaciones destinadas a mejorar la precisión diagnóstica son cada vez más escasas. En este sentido, los trabajos científicos enfocados en el diagnóstico y no en el tratamiento tienen bajas probabilidades de ser financiados, menor probabilidades de ser aceptados en revistas de alto impacto y, por último, si llegara a sortear todos los obstáculos posibles, es probable que dicho artículo sea ignorado tras su publicación.1,2 En este sentido, la construcción diagnóstica parece carecer de interés en la comunidad médica.
Por otro lado, el crecimiento exponencial de los recursos técnicos (tanto en su uso diagnóstico como terapéutico) han alterado la relación médico-paciente, y el médico, hoy, se ha hecho austero con la utilización de su tiempo y despilfarrador de estos recursos que considera ajenos e infinitos.Los avances en la tecnología médica son uno de los principales impulsores del aumento de los costos de la atención médica.3,6 Esta situación, sumada a la medicina defensiva, ha invitado a los médicos a construir diagnósticos a través del estudio complementario más complejo posible a su alcance, muchas veces atrofiando el interrogatorio e ignorando el examen físico. Esto ha llevado a un aumento exponencial de los errores diagnósticos, tratamientos innecesarios, tratamientos efectivos demorados, aumento de costos del proceso diagnóstico, mayor exposición a radiación maligna y complicaciones por tratamientos efectivos.7 Hemos aprendido que en lo que respecta a la patología de hombro, luego de la anamnesis, la imagen modifica el diagnóstico tan sólo en un 18% de los casos.8 La mayoría de los pacientes no recibirán una alternativa de tratamiento distinta cuando se realiza una evaluación clínica previa.9
En este sentido, luego de un interrogatorio exhaustivo y un adecuado examen físico, y conociendo los cuadros clínicos que pudiera presentar el paciente que estamos examinando, las imágenes sólo podrán hacer una cosa: aportar información (que será más o menos relevante según el caso). En cambio, si realizamos un interrogatorio atrófico, un examen físico inapropiado, y/o si desconocemos los probables cuadros clínicos, entonces las imágenes sólo serán una ilusión que no tendrá relación con la problemática clínica del paciente. Algunas publicaciones han sugerido que entre el 20% y el 50% de los procedimientos de imagenología de alta complejidad no proporcionan información que modifique la construcción del cuadro clínico del paciente o que mejore la precisión de la conducta terapéutica.10,13 Por lo tanto, esto denota el abuso de estos métodos auxiliares.
En medicina, se conoce como diagnóstico a la identificación de la naturaleza de una enfermedad mediante pruebas y la observación de sus signos y síntomas. En este sentido, es fundamental para determinar la manera en que la enfermedad será tratada. Contrariamente, en la actualidad, se cree que la mejor certeza diagnóstica radica en la mayor complejidad del estudio complementario elegido. Así, el diagnóstico se vuelve el hijo directo del estudio auxiliar que, falsamente adjudica la dolencia física del paciente a un hallazgo imagenológico, reducen la complejidad del cuadro clínico a la estructura aislada. Asimismo, la indicación de estudios complementarios es más frecuente en los pacientes de mayor edad, donde la prevalencia de lesiones asintomáticas es mayor.14 Como nos ha marcado la robusta evidencia, a mayor edad, mayor es la probabilidad que exista una menor asociación entre los hallazgos imagenológicos y la causa de los síntomas e, incluso, en la existencia de estos.15,27
Así, las soluciones médicas son también relativas a las conclusiones de los trabajos científicos que buscan, a su vez, resolver asuntos de la salud humana mediante la manipulación de datos volcados en una planilla. Las publicaciones pretenden, así, correlacionar respuestas a tratamientos para determinadas estructuras “lesionadas”. Por lo que el mayor desafío actual para la ciencia médica es intentar aplicar esos datos de la planilla estadística a un caso particular, sabiendo de antemano, que poco tienen en común. En otras palabras, la Medicina Basada en la Evidencia propone un abordaje reduccionista de solidez estadística, mientras que la práctica clínica decente, por el contrario, aborda pacientes que manifiestan un discurso más o menos típico, una evaluación física determinada y factores de riesgo multifactoriales para padecer las entidades que sufren y que, a su vez, están inmersos en una pluridimensionalidad innegable.
Consideramos que la construcción del cuadro clínico consiste en la articulación relativa y contextual de los síntomas referidos por el paciente y su limitación funcional, la contribución relativa de los factores emocionales, psicológicos y contextuales, los hallazgos imagenológicos de índole estructural relativos a la presencia de factores de riesgo de progresión lesional y la tendencia de la evolución natural, las pruebas ortopédicas de provocación, de integridad y neuro ortopédicas. La construcción del cuadro clínico requiere la habilidad de articular todas estas variables.
Conclusión
Los estudios complementarios sin duda tienen su lugar. Han evolucionado y revolucionado la ciencia médica. Pero el diagnóstico es finalmente el resultado de una convergencia de evidencias en las conclusiones que surgen de la anamnesis, del examen físico y, complementariamente, del resultado de los exámenes auxiliares. El diagnóstico “de certeza” es, precisamente, elegir aquel con mayores probabilidades de representar esa convergencia.
Referencias:
- Brian Uzzi, et al.Atypical Combinations and Scientific Impact. Science 342, 468 (2013).
- Pathirana T, Clark J, Moynihan R. Mapping the drivers of overdiagnosis to potential solutions. BMJ 2017;358:j3879.
- Emanuel EJ , Fuchs VR . The perfect storm of overutilization. JAMA 2008 ; 299 ( 23 ):2789 – 2791 .
- William RH, Becker GJ, Borgstede JP, Bosma J, Casarella WJ, Erickson BA, Maynard CD, Thrall JH, Wallner PE. Addressing overutilization in medical imaging. Radiology. 2010 Oct;257(1):240-5.
- IglehartJK . The new era of medical imaging: progress and pitfalls . N Engl J Med 2006 ; 354 ( 26 ): 2822 – 2828 .
- America’s health insurance plans:ensuring quality through appropriate use of diagnostic imaging. America’s Health Insurance Plans Web site, 2008. http://www.ahip.org/content/default.aspx?docid=24057. Accessed September 14, 2009.
- Verghese A, et al. Inadequacies of physical examination as a cause of medical errors and adverse events: A collection of vignettes. Am J Med 2015;
- Iannotti JP, Williams GR, et al. The effect of shoulder magnetic resonance imaging on clinical decision making. Sher JS, J Shoulder Elbow Surg 1998.
- Bradley MP, Tung G, Green A. Overutilization of shoulder magnetic resonance imaging as a diagnostic screening tool in patients with chronic shoulder pain. J Shoulder Elbow Surg 2005.
- Keehan S, SiskoA ,Truffer C , et al . Health spending projections through 2017: the babyboom generation is coming to Medicare. Health Aff (Millwood) 2008 ; 27 ( 2 ): w145 – w155 .
- Blankenstein T, Grainger A, Dube B, Evans R, Robinson P. MRI hip findings in asymptomatic professional rugby players, ballet dancers, and age-matched controls. ClinRadiol. 2020 Feb;75(2):116-122.
- Morise S, Muraki T, Ishikawa H, Izumi SI. Age-Related Changes in Morphology and Function of Scapular Muscles in Asymptomatic People. PM R. 2017 Sep;9(9):892-900.
- Meroni R, Piscitelli D, Valerio S, Boria P, Perin C, De Vito G, Cornaggia CM, Cerri CG.Ultrasonography of the shoulder: asymptomatic findings from working-age women in the general population. J Phys Ther Sci. 2017 Jul;29(7):1219-1223.
- Tempelhof S, Rupp S, Seil R. Age-related prevalence of rotator cuff tears in asymptomatic shoulders. J Shoulder Elbow Surg. 1999 Jul-Aug;8(4):296-9.
- Worland RL, Lee D, Orozco CG, SozaRex F, Keenan J. Correlation of age, acromial morphology, and rotator cuff tear pathology diagnosed by ultrasound in asymptomatic patients. J South Orthop Assoc. 2003 Spring;12(1):23-6.
- Pappas ND, Hall DC, Lee DH. Prevalence of labral tears in the elderly. J Shoulder Elbow Surg. 2013 Jun;22(6):e11-5.
- Vähäkari M, Leppilahti J, Hyvönen P, Ristiniemi J, Päivänsalo M, Jalovaara P. Acromial shape in asymptomatic subjects: a study of 305 shoulders in different age groups.Acta Radiol. 2010 Mar;51(2):202-6.
- Rudzki JR, Adler RS, Warren RF, Kadrmas WR, Verma N, Pearle AD, Lyman S, Fealy S. Contrast-enhanced ultrasound characterization of the vascularity of the rotator cuff tendon: age- and activity-related changes in the intact asymptomatic rotator cuff. J Shoulder Elbow Surg. 2008 Jan-Feb;17(1 Suppl):96S-100S.
- Milgrom C, Schaffler M, Gilbert S, van Holsbeeck M. Rotator-cuff changes in asymptomatic adults. The effect of age, hand dominance and gender. J Bone Joint Surg Br. 1995 Mar;77(2):296-8.
- Bonsell S, Pearsall AW 4th, Heitman RJ, Helms CA, Major NM, Speer KP. The relationship of age, gender, and degenerative changes observed on radiographs of the shoulder in asymptomatic individuals. J Bone Joint Surg Br. 2000 Nov;82(8):1135-9.
- Rupp S. [Incidence of rotator cuff ruptures in asymptomatic shoulder joints in advanced age]. Z OrthopIhreGrenzgeb. 1997 Jul-Aug;135(4):Oa9.
- Panni AS, Milano G, Lucania L, Fabbriciani C, Logroscino CA.Histological analysis of the coracoacromial arch: correlation between age-related changes and rotator cuff tears. Arthroscopy. 1996 Oct;12(5):531-40.
- PicanoE . Sustainability of medical imaging. BMJ 2004 ; 328 ( 7439 ): 578 – 580.
- AngrisanoC , Farrell D , Kocher B , Laboissiere M , Parker S . Accounting for the cost of health care in the United States, January 2007 . McKinsey Global Institute Web site. http://www.cows.org/healthcarecharrette/McKinsey-Healthcare.pdf. Accessed September 14, 2009.
- Beever C, Karbe M. The cost of medical technologies: maximizing the value of innovation. McLean, Va: Booz Allen Hamilton, 2003.
- Brenner DJ , Hall EJ . Computed tomography: an increasing source of radiation exposure. N Engl J Med 2007 ; 357 ( 22 ): 2277 – 2284 .
- Décary S, Longtin C, Naye F, Tousignant-Laflamme Y. Driving the Musculoskeletal Diagnosis Train on the High-Value Track. J Orthop Sports Phys Ther. 2020 Mar;50(3):118-120.