Lic. Eduardo Tondelli
La fuerza es una capacidad condicional del deportista, de la que se vale para acelerar su cuerpo, desplazarse, saltar, impactar, golpear o lanzar objetos, en fin es una capacidad fundamental para cada deporte en cuestión.1 Como sabemos, su entrenamiento y sus variables son conceptos que han sido estudiados ampliamente desde hace mucho tiempo, desde un enfoque de la performance deportiva, pasando por los primeros autores hasta los de la actualidad de hoy.2,3,4,5 Desde el punto de vista de la rehabilitación, es un tema en constante crecimiento apuntando a mejorar esta capacidad alterada en nuestros pacientes. Los protocolos de rehabilitación y los planes de tratamientos, como los objetivos incluyen ejercicios de fuerza con el fin de recuperar esta condición.6,7 En los últimos diez años ha sido también foco de atención como factor protector de lesiones desde el enfoque preventivo, siendo uno de los factores fundamentales a incluir en los planes y ubicándose como la capacidad que mayor beneficio otorga a la prevención de lesiones.8,9 La comunidad científica a través de publicaciones y consensos de expertos nos están guiando de cómo hacer los retornos al deporte de la manera segura y efectiva posible, pensando al proceso como un continuo desde el retorno a la participación, al deporte y al rendimiento pasando por modelos más estáticos como por modelos más dinámicos y desafiantes como el continuum de Control-Caos.10,11 Esto nos obliga a manejar todas las instancias de recuperación del deportista, por ende, el entrenamiento de la fuerza en cada instancia superadora.Teniendo en cuenta estos tópicos y los últimos avances como han afectado y modificado este concepto de fuerza, sabiendo que trabajamos como kinesiólogos que atienden deportistas debemos conocer de manera obligatoria cómo se mide, como se planifica y como se controla la fuerza.
Durante todo el proceso de recuperación es muy común escuchar frases como “hace 3 x 15”, “metele 4 x 8”, “hagamos 5 de 20”. Sin embargo no es lo recomendado ni lo específico para cada caso sino partimos de una correcta evaluación que nos marque los objetivos de tratamiento, como también es momento de asumir que en la formación de grado actual no se tocan estos temas, como formación de posgrado en fuerza no es la primera en ser elegida. Esta capacidad perdida en el paciente no es tan fácil de recuperar y menos si, sin criterio, utilizamos un concepto de “onefitsall” como un estandarte.
Cada lesión, cada cuerpo, cada cerebro requieren estímulos diferentes de fuerza, ni 8 ni 10 ni 15, no se trata de números se trata de tolerancia, de cuanto el paciente puede tolerar para combatir el objetivo que buscamos. Será de activación, de coordinación intramuscular e intermuscular, de resistencia, de velocidad, de intensidad, de frecuencia, la variable que tendremos que ajustar. En fin conocer todas las variables y como se interrelacionan es el camino para que nuestro paciente mejore de la manera más efectiva. Y ese camino a recorrer es aún más desafiante si sabemos que semana a semana el paciente mejora y la periodización del entrenamiento tiene que ir modificándose, lo que en una semana representaba “algo duro”, o “todavía me quedan 4 repeticiones de resto” en la semana subsiguiente cambiará. Y de eso se trata, de un proceso llamado periodización, el cuál esta colorido por ajustes y variables que semana a semana deben ir ocurriendo.1,2,3,12
El camino siempre es largo, y más para el paciente, pero no termina con la simple alta, siempre hay más por recorrer, la fuerza se seguirá entrenando para la performance para la protección, pero nunca se dejará de usar. ¿Cuánta fuerza es necesaria para empezar a correr? ¿Cuánta es necesaria para el alta? ¿Cómo es posible saber si el deportista está listo? Sabemos que muchos colegas utilizan test manuales para comprobar la fuerza de un miembro pero sabemos que esto es poco específico, poco confiable y hasta incluso inválido.13 Es por ello que debe medirse al final del camino, y la pregunta es ¿cómo? La respuesta es simple, y es dinamómetro, una herramienta que sirve para objetivar la fuerza.14 Sabremos que pico de fuerza tiene cada uno de los músculos evaluados y basándonos en valores previos a la lesión o del lado contralateral nos van a ayudar a estimar la fuerza. ¿Alcanza? Sí, pero es un sí poco contundente porque hay más, siempre hay más formas de hacer las cosas mejor, conocer cómo se llegó a ese pico de fuerza habla de la calidad de la fuerza y también se puede medir, además acercarnos a la especificidad deportiva.4,15
En fin siempre se trata de hacer las cosas mejor, y usando las mejores herramientas a las cuales podamos tener acceso. Es la única manera de mejorar nuestra profesión.
REFERENCIAS
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